La casa de paso de Bélgica: un refugio para la vida y la muerte
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Primera modificación:
En una tranquila zona residencial de Bruselas, escondida entre las modernas y uniformes fachadas del barrio del Bosque, se encuentra una casa que da origen a un proyecto único que podría revolucionar la perspectiva sobre el inicio y el final de la vida. En este sitio conviven mujeres embarazadas y pacientes terminales, atendidos respectivamente por matronas y voluntarios.
En la casa de paso de Bélgica no hay batas blancas ni habitaciones de hospital. Se trata de un cómodo apartamento donde las futuras mamás son recibidas por parteras y pueden dar a luz con la misma comodidad que en sus propios hogares.
En la misma planta, justo enfrente, personas en las últimas etapas de su vida viven sus días de una forma radicalmente distinta a la habitual para quienes reciben cuidados paliativos. Entre estas paredes, la muerte no es un evento médico, sino parte de la vida.
Los voluntarios, a menudo residentes del edificio, son el núcleo del proyecto, ya que acompañan a las personas desde el inicio hasta el final de sus vidas.
A pesar de haber legalizado la eutanasia hace más de 20 años, Bélgica sufre una grave escasez de centros de cuidados paliativos, con solo 360 camas disponibles cuando se necesitan 880.
Esta nueva iniciativa en Bruselas, que ha recibido financiación europea y regional, podría ofrecer un alivio muy necesario.
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